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Yolanda Díaz plantea la idea de modificar el sistema tributario de las empresas y convertir el impuesto sobre las grandes fortunas en una medida permanente.

La política ha adquirido una gran relevancia en el ámbito económico, con la mira puesta en las elecciones generales del 23 de julio. La última iniciativa proviene de Yolanda Díaz, ministra de Trabajo y candidata a la presidencia por Sumar, quien ha propuesto una reforma integral del impuesto de sociedades con el objetivo de aumentar las contribuciones de las grandes empresas y reducir las de las pequeñas. Además, propone hacer permanente el impuesto a las grandes fortunas y establecer un impuesto sobre la renta más progresivo, entre otras medidas. Sin embargo, es importante determinar cuánto pagan al fisco las principales empresas y cuántas son, así como cuál es la situación de los contribuyentes más acaudalados.

Sumar aboga por aumentar los impuestos para las grandes empresas y las personas de altos ingresos imagen 1La respuesta a esta pregunta puede variar dependiendo de los puntos de comparación y del modelo de Estado al que se aspire. Sin embargo, los datos disponibles revelan algunos patrones interesantes. En España, se observa que hay un número reducido de empresas grandes, las cuales pagan proporcionalmente menos impuestos en comparación con las empresas pequeñas. Además, el impuesto sobre el patrimonio genera una recaudación limitada en relación con el total de ingresos fiscales. A lo largo del tiempo, se ha observado una disminución de la carga fiscal en el impuesto de sociedades y un aumento en la imposición sobre el trabajo, una tendencia que se comparte a nivel internacional.

En España, más del 99% del panorama empresarial está compuesto por pequeñas y medianas empresas (pymes). En el año 2020, de las casi 1,6 millones de empresas que tributaron por el impuesto de sociedades, solo 3.591 (0,1%) se consideraban grandes empresas debido a tener más de 250 trabajadores. A pesar de ser una proporción mínima, estas grandes empresas generaron más de la mitad de los beneficios totales declarados.

Es importante destacar que estas grandes empresas son las que tienen un tipo efectivo de impuesto más bajo en comparación con otros segmentos. Si calculamos el tipo efectivo sobre las ganancias, se sitúa en un 6,5%, mientras que sobre la base imponible es de un 19,9%. En contraste, las empresas más grandes, con más de 5.000 empleados, pagan un 3,6% sobre sus beneficios y un 17,1% sobre la base imponible. Las microempresas, por su parte, tienen una tasa del 9,1% sobre los beneficios y un 22,5% sobre la base imponible. En el caso de las pequeñas empresas, la tasa asciende al 17,5% sobre los beneficios y al 23,3% sobre la base imponible. Estos datos provienen de la Agencia Tributaria.

Es cierto que los tipos impositivos sobre los beneficios suelen ser inferiores a los tipos sobre la base imponible en el impuesto de sociedades. Esto se debe a que el beneficio representa las ganancias netas de la empresa, mientras que la base imponible se determina después de aplicar una serie de ajustes, como las exenciones por doble imposición o la compensación de bases negativas. La base imponible es la magnitud utilizada para calcular el impuesto de sociedades, cuyo tipo legal es del 25%. Muchas empresas consideran que esta es la medida más adecuada para determinar su contribución fiscal, aunque cada vez hay más voces que argumentan que no refleja con precisión la cantidad real que pagan en impuestos.

Las empresas más internacionalizadas, que tributan en el extranjero, y aquellas que han tenido pérdidas en el pasado y pueden compensarlas, tienen un mayor potencial para reducir sus bases imponibles. Esto se debe a que pueden aprovechar las reglas fiscales internacionales y los mecanismos de compensación de pérdidas para reducir su carga impositiva.

Aunque el año 2020 fue atípico debido a la pandemia, las tendencias en las tasas de recaudación se han mantenido estables. En particular, se observa que las empresas consolidadas en grupos, que representan aproximadamente 6,200 empresas, tienen la tasa más baja sobre los beneficios, con un 5.1%, en comparación con la tasa promedio del 10.1% para el conjunto de empresas. A pesar de que estas empresas concentraron el 46.9% de la facturación y el 58.4% de los beneficios, solo aportaron el 29.3% del impuesto de sociedades en términos de cuota líquida, según la última estadística de la Agencia Tributaria.

En el año 2020, estas empresas consolidadas en grupos obtuvieron ganancias cercanas a los 114,000 millones de euros, facturaron alrededor de 995,000 millones de euros y pagaron 5,800 millones de euros en impuesto de sociedades, que representa menos de un tercio de la recaudación total de este impuesto, que alcanzó los 20,000 millones de euros. Se destaca que los tipos impositivos más bajos se registran en los 36 grupos de entidades de crédito (3.5%) y en los 1111 grupos del sector de la construcción y actividades inmobiliarias (4.2%).

Por otro lado, las empresas que no están consolidadas en grupos, que suman más de 1.5 millones de empresas, pagaron al fisco 14,104 millones de euros después de obtener un beneficio de 82,037 millones de euros.

Fuente: elpais.com

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