Dentro de una relación de pareja que presenta problemas, la mujer es quien se ve más perjudicada.
Según un riguroso estudio realizado en Estados Unidos, el hecho de casarse disminuye en, al menos, un 5% la probabilidad de sufrir problemas en el corazón, sin embargo dentro de un matrimonio infeliz y con problemas este riesgo de sufrir de problemas en el corazón puede aumentar y dentro de la pareja quien se ve más afectada ello es la mujer .
Esto se debe a que la mujer de por si es sentimental, ya que la calidad del matrimonio tiene un efecto mayor sobre la salud del corazón de la mujer que sobre la de los hombres, posiblemente porque éstas tienden a interiorizar sentimientos negativos y, por lo tanto, son más propensas a sentirse deprimidas y desarrollar problemas cardiovasculares.
Además se ha determinado que la calidad marital sobre el riesgo cardiovascular es mucho más fuerte en edades más avanzadas. Con el tiempo, el estrés de un mal matrimonio puede estimular más respuestas cardiovasculares, y que éstas sean más intensas, debido a la disminución de la función inmune y el aumento de la fragilidad que habitualmente aparecen en la vejez.
Es por ello que es de suma importancia a partir de la edad de los 50, y si la relación matrimonial no marcha como lo esperado, es necesaria la intervención de un terapeuta con el fin de cuidar el matrimonio al igual que la salud mental y física de la pareja.