¿Qué estudios se necesitan para ser Auditor de Sistemas de Gestión de la Calidad?

Funciones:

Los sistemas de gestión necesitan de las auditorías tanto como las empresas necesitan la calidad.

Ser auditor es vigilar a los vigilantes de la calidad, llegar hasta el final y puntualizar hasta el último detalle.

Por esto, elegir un buen curso de formación de auditores de gestión de la calidad te acercará a toda la información y también a la actitud necesaria para convertirte en un profesional capaz de optimizar recursos, reducir costes y localizar, gracias al conocimiento de la letra de las normas pero también a su experiencia de primera mano, deficiencias, riesgos y puntos débiles del sistema.

Siempre la buena formación para ser auditor de la calidad pasa por la actualización, ya que pueden cambiar las normas y las tecnologías aplicables.

Otro punto importante es combinar las normas ISO en sí con el saber concreto sobre la disciplina a auditar.

La parte buena de las normas sobre calidad es que ellas mismas establecen cómo debe hacerse la auditoría de sistemas de gestión de la calidad.

La formación entrará en casos prácticos sobre contenidos que ya están ahí en teoría: fases, contacto inicial, cómo se planifica la auditoría, cuáles son las formas adecuadas para localizar evidencias, cómo redactar informes sobre los problemas y las soluciones y formas de cerrarla.

Como los textos sobre calidad hacen siempre referencia a sus propias normas, son autorreferenciales, tienen mucho de apariencia convencional y el lenguaje se puede hacer realmente oscuro si no hacemos algún curso de gestión de la calidad con buenos profesores que desciendan bien a ejemplos, nos pongan en situaciones hipotéticas y nos familiaricen con lo que significa realmente cada criterio y cómo interpretar si la realidad se adecua a la normas.

Busca cursos con vídeos, juegos de asumir roles, evaluaciones lo menos áridas posibles... para animar, en el sentido literal de dar vida, al contenido y prepararte para el trabajo de auditor.

Ojo: no es saberse de memoria las cosas (que en algunos casos también), porque eso se puede suplir refrescando partes cuando sea necesario.

También hay que tratar bien con la gente, con formalidad pero sin tirantez, buscando la colaboración incluso en casos en que el recibimiento puede albergar recelo. La manera de defenderte es fácil cuando tienes dominado el procedimiento: se trata de criterios técnicos y medibles, no subjetivos. Ese es tu talento y también una gran forma de evitar equívocos en las responsabilidades, estar apegado al “libro” y no depender de emociones ineficientes.

Tampoco creas que se trata de ser un inspector gris de película: un buen auditor de sistemas de gestión de la calidad ayuda tanto cuando avisa de fallos como cuando señala las cosas en que la empresa destaca. En lo primero late la oportunidad de mejorar, o como mínimo conocer las debilidades.

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Requisitos y Estudios Necesarios:

Tienes cursos de auditor de sistemas de gestión, auditor interno de calidad de cada norma ISO y másters de auditor de sistemas de gestión de la calidad orientados a técnicos, directores y responsables de coordinación de los sistemas de gestión de la calidad.

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Datos y Estadísticas:

La publicación Fiscalización.es publicaba un artículo sobre ‘El perfecto auditor interno’ donde explicaban la opinión de altos directivos, consejeros de administración y responsables de auditoría cuáles eran a su juicio sus características más deseadas, expresada en un estudio de Pricewaterhouse Coopers.

Consideraron que era importante que un auditor ayudara a mejorar calidad e innovación, que debía encontrarse en línea con los objetivos de su negocio, enfocarse en los riesgos importantes del entorno, ayudarles a tener cultura de servicio, utilizar tecnologías avanzadas para hacer sus evaluaciones y usar medios estándar para asegurarse de recuperar la inversión que supone hacer una auditoría.